DISONANCIA COGNITIVA
DISONANCIA COGNITIVA
La congruencia es un
privilegio que muy pocas personas pueden
ostentar.
El equilibrio entre el decir y el hacer, define quien eres realmente.
Psicológicamente se utiliza más la expresión disonancia cognitiva, cuando lo que se piensa no está acorde en lo que se
hace y se siente. Ocurre a menudo en el diario vivir de las personas, por eso se les dificulta
tomar decisiones, resolver conflictos y establecer objetivos claros para
alcanzar.
En mi vida personal y
en el ejercicio profesional he identificado
tres tipos de disonancia:
1)
Cuando lo que pensamos, no coincide con lo que hacemos, sentimos.
Esta situación ocurre cuando
nos da miedo hacer caso a nuestra parte racional, porque evitamos hacer para no
herir o no afrontar situaciones y lo que sentimos nos convence en qué lo mejor es no actuar, hacer caso omiso a los
argumentos, los cuales nuestros lóbulos
frontales han desarrollado de forma lógica, sin embargo las emociones, sentimientos
nos disuaden de no actuar.
Ej., Lo que pienso:
“Este trabajo no me conviene, debo buscar otro”.
Lo que hago: Sigo
trabajando en la empresa
Lo que siento: Disfruto
trabajar aquí.
2)
Cuando lo que sentimos, no coincide con
lo que pensamos y hacemos
Las personas actúan acorde
a sus pensamientos, pero lo que sienten no está acorde a su actuar. Es cuando
se obra racionalmente, pero lo elegido por hacer, no es aceptado
emocionalmente.
Ej., Lo que siento: Quiero
mucho a mi pareja, sufro al no estar con ella.
Lo que pienso: “Es
mejor terminar la relación”.
Lo que hago: Termino la
relación
3)
Cuando lo que hacemos, no coincide con lo que pensamos y sentimos
Ocurre cuando tomamos
decisiones casi siempre por
impulsividad, domina la amígdala, parte del cerebro encargada del instinto, de
las emociones sin filtro en los lóbulos frontales. Se actúa, no se piensa y lo
que sentimos positivamente que puede cambiar nuestro actuar, lo suprimimos y
dejamos solo las que refuerzan nuestra conducta.
Acordémonos que las emociones
son de duración breve (alegría, tristeza, ira, asco, sorpresa) relacionadas con
un estímulo que ocurre contingentemente, en cambio los sentimientos se
mantienen en el tiempo sin estar en estímulo porque son el componente subjetivo
o cognitivo de la emoción (venganza, amor, amistad, gratitud).
Ej., Situación
detonante: El jefe corrigió al docente por no haber delegado en la exposición,
lo hace de forma irónica.
Lo que hace: Agrede verbalmente
al jefe reaccionando a la ironía
Lo que piensa: “Me
equivoque en la omisión de distribución de funciones.
Lo que siente: siento
admiración por mi jefe, siento amistad.
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